La autohipnosis significaría: autoinducirse uno mismo el estado de sueño. Por analogía, se caracterizaría como la hipnosis propiamente dicha. No sería más que esto, si el propósito del sujeto que se la autoaplica lo hiciera por el simple hecho de lograr dormirse.
Pero aún así se dan dos particularidades que exceden a ser interpretadas de esa manera sin un contenido manifiesto; esto es, el sujeto no se predispone a dormirse, sino que se autoinduce al hacerlo. Por ende, en primer lugar al ser la hipnosis considerada como un sueño y no como el acto de dormir, especifica que tiene su propio contenido, como lo sería la similitud en la elaboración del sueño natural donde el inconsciente lo crea. En segundo lugar, el sujeto se autoinduce dormirse, no lo hace por el cansancio psicofísico natural, y por ende podría prescindir de dicho síntoma, de esta manera podría llevarse a dormir en cualquier momento por su propia deliberación de hacerlo.
En ambas particularidades la autohipnosis no debe ser aislada de ninguna manera de la autosugestión; o dicho de otro modo: debido que la autohipnosis no es ciega sino que tiene desde el operador una intención hacia un fin determinado, es implícitamente una autosugestión.
Queda esclarecido desde el análisis o enfoque precedentemente citado, que la autohipnosis es una autosugestión, y por tanto implica que por este medio se sucedan conductas acordes a la dirección que se predeterminen.
Ahora bien, la autosugestión aunque en ciertos casos actúa sobre determinada dirección y consecuentemente se observe su eficacia, no por esto es infalible. Un sujeto procurándose la autohipnosis no podrá cambiar una conducta propiamente histérica, es decir un síntoma como un tic o una tartamudez por ejemplo; aunque como veremos oportunamente, hay ciertas excepciones donde el síntoma histérico desaparece. De cualquier manera, esto no es indicativo de una curación real. Partiendo de la base que el síntoma histérico es una enfermedad representada o una representación de la una enfermedad; o dicho de otro modo: el síntoma en su manifestación deja entrever que por detrás de este se oculta una personalidad histérica. Por tanto, que el síntoma haya desaparecido, no por esto debe interpretarse que la personalidad histérica se ha disociado conjuntamente con el; es más, podría en lo sucesivo aparecer otro síntoma y hasta como con agregación del desaparecido.
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