Los Demonios tienen Personalidad

 

 

Como vemos en las Escrituras, podemos encontrar que los demonios tienen marcas de personalidad específicas.

1. ELLOS TIENEN CONOCIMIENTO

Los demonios en el hombre en la sinagoga dijeron a Jesús: “diciendo: Ah! ¿Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios” (Marcos 1:24) Ellos sabían que Jesús era el Mesías.

2. ELLOS SABEN QUIENES SON

Jesús les preguntó a los demonios en el hombre en quien ellos surgieron de las tumbas: “Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos.”’ (Marcos 5:9) No era el hombre respondiendo. Eran los demonios en el hombre.

Ellos sabíamos quiénes eran. Los demonios tienen conocimiento de sí mismos.

3. ELLOS TIENEN UN DESEO

Jesús dijo: “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada.’” (Mateo 12:43-44) Si, los demonios tienen un deseo.

4. LOS DEMONIOS TIENEN EMOCIONES

Santiago nos dijo en las Escrituras: “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan” (Santiago 2:19) Muchas veces en el transcurso de la liberación, encontramos un poder demoníaco manifestado mediante temblores a través de una persona. Su conciencia no puede responder al evangelio. La escritura nos dice que: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia” (1 Timoteo 4:1-2) Los griegos dejan claro que aquí no se habla de personas sino de los demonios que no pueden responder al evangelio debido a que su conciencia ha sido cauterizada.

5. ELLOS PUEDEN HABLAR

Como ya hemos visto, los demonios le hablan a Jesús: “diciendo: !Ah! ¿Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios” (Marcos 1:24)

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