Método Regresivo Hipnótico

Para considerar un Método Regresivo Hipnótico, más de lo que el método en sí mismo sugiere basado en procesos, debemos presuponer el fin. En tal sentido, atenernos a establecer que trata de una Técnica Hipnótica con fines terapéuticos como esencial, a más de ser utilizada para otros fines menos importantes, es lo que realza y valora al método. Simplemente transcribiré el Método Regresivo Hipnótico, dejando determinar a usted bajo su libre albedrío la utilización y sería correcto hacerlo de mi parte, pero nos sugiere que anexar un poco de información sobre los fines, es decir sobre la terapia es lo más conveniente.

A este respecto nos valdremos de Carl Gustav Jung como introducción sobre cuestiones de lo inconsciente, sus contenidos y procesos. Jung, como tantas mentes privilegiadas que tienden a profundizar el sentido de las cosas, es lo que lo hace ser excelente en el análisis, la deducción, la intuición, en fin, y otras facultades que muchos, aunque las poseemos también, no las desarrollamos profusamente. Antes de llegar al mundo de la psiquiatría, Jung era médico, pero lo que lo impulsa y motiva a ahondar en el conocimiento de la mente humana fue cuando, durante unas vacaciones de verano, acontecieron dos sucesos los cuales irían conformando el destino y evolución profesional de Jung hacia el mundo de lo psíquico.

Esto se trató de: La ruptura por la mitad de una mesa redonda de nogal, con setenta años de antigüedad, en presencia de su madre, hermana y criada, en plena sesión mediúmnica.

Catorce días después, un aparador, mueble originario del siglo XIX, también fue presa de una destrucción masiva. En su interior se hallaba una cesta de pan, rectangular, en una de las esquina, junto a esta el mango de un cuchillo y dispersos otros tres trozos en que había quedado dividido el utensilio.

La criada de poco más de quince años que estaba dirigiendo la sesión con su hermana y la madre, estaba abocada a querer ponerse en contacto con él, que en ese momento se encontraba ausente.

Aun cuando se aludía a una tal “señorita S. W.” en realidad se trataba de su prima Hélène Preiswerk.

Todo ello atrajo el interés de Jung, generando a lo largo de dos años la elaboración de su propia tesis doctoral acerca de la “psicología y patología de los llamados fenómenos ocultos”, realizada con el profesor Eugen Bleuler en la Facultad de medicina de la Universidad de Zúrich en 1902.

Ante la pregunta “¿qué sucede en la enfermedad mental?”, Jung se encontrará por entonces, dado el estado de avance de la disciplina a inicios del siglo XX, con una labor de abstracción de la personalidad enferma y un reduccionismo dirigido al diagnósticos, descripción de síntomas y estadísticas. La psicología del enfermo mental y su correspondiente individualidad implícita eran inexistentes.

De ahí que el posterior encuentro con Sigmund Freud le ayudase a revertir dicha tendencia, sobre todo a través de la psicología de la histeria y del sueño. Freud insertaba en la psiquiatría cuestiones de la psicología, aun siendo realmente neurólogo.

Será en este contexto donde comience a elaborar y aplicar su famosa prueba de asociación o experimento de asociación de palabras que lleva su nombre, recordando con ello el caso de una joven melancólica e infanticida, diagnosticada de esquizofrenia o demencia precoz grave. El resultado obtenido catorce días después fue el alta hospitalaria y que nunca más fuera internada.

Obviamente no se trata de ningún descubrimiento inédito, pues investigadores precedentes ya habían trabajado en su progresiva creación y desarrollo, incluido su mentor Sigmund Freud.

La diferenciación y exclusividad de Jung radicó, en pasar de un interés centrado en el contenido concreto de las respuestas emitidas a observar el carácter cualitativo de las mismas, expresado en las respuestas fisiológicas registradas así como en aspectos tales como la demora en satisfacer la pregunta, incluso aunque fuera mínima, lo cual ofrecía cuantiosa información sobre lo inconsciente y sus procesos. Todo ello podía estar indicando temas emocionalmente cargados en la situación actual y vital de la persona en experimentación o análisis, y de lo cual no era consciente.

Luego conformaría una variable de considerable importancia a la hora de verificar y emitir la existencia de constelaciones en lo inconsciente, a las que denominaría complejos, constituyente base de lo inconsciente personal, en cuyo núcleo de cada uno de ellos residiría el Arquetipo, conformador a su vez de lo inconsciente colectivo.

*Recapitula Jung diciendo*: “Que la verdadera terapéutica comienza con la investigación de la historia personal secreta de la persona aquejada por su enfermedad, su averiguación debe remitir al profesional hacia lo consciente, pero también, y sobre todo, a lo inconsciente; con lo que el ensayo de asociación, la interpretación de los sueños y el contacto humano con el paciente son de vital importancia. Todo diagnóstico debe ir acompañado por tanto de dicha historia personal, antes de recabar en la correspondiente solución psicoterapéutica”.

Un Proceso Regresivo es todo acto psíquico que provoca recabar datos desde el sistema perceptivo que se encuentran en los sistemas preconsciente e inconsciente. Ampliando, diremos que toda acción, conducta o experiencia al fin, que hemos tenido así sea del minuto anterior y que se vuelve a hacer consciente; y por tanto la recordamos, como por ejemplo donde dejamos la birome que estábamos usando, se ha tenido que suceder un Proceso Regresivo hasta donde estaba dicho dato y por tanto asociado a éste lo hemos recordamos, aunque sea tan simple como el expuesto.

La terapia regresiva es una herramienta que consiste en volver al pasado a través de la relajación profunda o la hipnosis clínica reviviendo mental y emocionalmente situaciones traumáticas del pasado tanto de esta vida como de supuestas vidas anteriores. Al revivirlas con la misma intensidad emocional que cuando sucedieron se libera el trauma y se sana el síntoma que tenga la persona, ya sea emocional o psicosomático. Pero además el contenido de la regresión es simbólico, es una proyección de lo que nos sucede emocionalmente en esta vida y de todos nuestros bloqueos no resueltos aquí y ahora, por tanto, nos ofrece un mapa para autoconocernos y curar nuestra alma. Además, las regresiones, sobre todo a vidas pasadas, aportan un valor añadido: Nos ayuda a entender lo que nos pasa en nuestra vida desde una perspectiva más alta, con visión de águila, entendiendo todo el “rompecabezas” de nuestra existencia y dándole sentido, haciendo que trascendamos nuestro sufrimiento. Y eso nos permite evolucionar.

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