Fuimos creados una solo vez por Dios, o una entidad infinita que decidió que teníamos que venir al universo para evolucionar, esa creación se hizo en un lugar especial, en un lugar que si bien se ha descrito por místicos o doctos en la espiritualidad está muy distante de ser conocida a detalle desde la razón humana, como veremos más adelante incluso en estados amplificados de conciencia las personas que han alcanzado este, se ven imposibilitadas de describir lo indescriptible, sin embargo desde lo que se conoce en el mundo físico se han expresado grandes aproximaciones de cómo es ese lugar en donde moran los espíritus en donde moramos todos. La zona entre vidas de acuerdo a diferentes personalidades que han estudiado su existencia es el lugar en donde se encuentra el hogar, en donde se planea la vida en cuerpos físicos, es en resumen el lugar a donde regresamos después de una experiencia de vida y de pasar por la muerte.
Diversas personas que han sido pacientes de terapeutas que practican la hipnoterapia y la terapia de vidas pasadas han reportado en un estado amplificado de conciencia que la zona a la que van los espíritus después de experimentar la muerte física de sus cuerpos es un lugar de gran magnitud y belleza en donde lo conocido es diferente, es pura energía, es un estado de ligereza absoluta en donde el movimiento es casi instantáneo, a ese lugar se llega tarde o temprano después de una vida física, se dice que se puede llegar aún con las emociones y creencias más acendradas desarrolladas en el cuerpo recién dejado, empero conforme se va adaptando a su “nueva vida” va recordando que es este lugar y quien es la persona.
Según Michael Newton, Al morir, nuestras almas se liberan del cuerpo del cual han sido huéspedes. Si el alma es adulta y tiene la experiencia de muchas vidas anteriores, sabe inmediatamente que ha sido liberada y que ahora se dirige a su hogar. Estas almas avanzadas no necesitan que alguien salga a recibirlas. Sin embargo, la mayoría de las almas con las que he trabajado reciben la bienvenida por parte de guías, justo afuera del plano astral de la tierra. Un alma joven o un infante que ha fallecido, podrá encontrarse algo desorientada hasta que alguien se acerque a ella, al nivel terrenal. Estas son almas que optan por permanecer en la escena de la muerte por un rato. No obstante la mayoría desea retirarse al instante. El tiempo no tiene significado en el mundo del espíritu. Un alma que recién ha salido del cuerpo que le sirvió de morada y que ahora opta por brindar consuelo a alguien en pena o que tiene otras razones para permanecer un rato cerca del lugar de su muerte, no experimenta sensación de pérdida de tiempo. Éste se convierte, contrario al tiempo lineal, en tiempo presente para el alma.
Cuando las almas logran reorientarse en ese lugar que llaman hogar, su terrenidad ha cambiado. Ya no son humanas en la forma en que concebimos al ser humano, con características emocionales, temperamentales y físicas determinadas (Newton, M., 2006 pp.1- 2).
La mayoría de las veces somos recibidos por seres que siempre nos han acompañado desde que fuimos creados, son llamados Guías Espirituales pueden ser uno o más; en otras ocasiones han referido algunas personas que somos recibidos por seres que conocimos en nuestra vida inmediata y los cuales ya desencarnaron, tanto los primeros como los segundos tienen la encomienda de ayudarnos a ubicarnos, a adaptarnos y en cuanto estamos preparados nos conducen con nuestro grupo espiritual.
Después de ser recibidos en nuestro grupo espiritual y recordar brevemente la vida recién dejada, se dice que se hace una somera evaluación, se platica con los demás integrantes del grupo espiritual de las experiencias recién vividas y nos prepararnos para visitar al Grupo de Sabios o Consejo de Ancianos, ante los cuales se hará la revisión exhaustiva de la vida y misión en cuestión, -al parecer ninguna de las personas que han reportado el encuentro con este consejo de ancianos han comentado que es un juzgado ni nada que se le parezca- partiendo de una gran compasión y una comunicación completamente gentil. Al terminar con la evaluación de la vida inmediata se determinan los puntos que faltaron y se nos dan indicaciones y consejos para ir preparando la siguiente encarnación. Posteriormente nos integramos a nuestro grupo espiritual, que es en con el que hemos crecido y nos hemos desarrollado, con este grupo tenemos afinidades, teniendo el mismo nivel de evolución. Dentro del grupo espiritual, podemos encontrar espíritus con los que posiblemente coincidimos en la vida que acabamos de dejar, y si se tienen pendientes se aclaran las cosas y se define si alcanzamos los objetivos que planteamos en conjunto.
Se sabe que está interacción con el grupo espiritual es muy gratificante, es una experiencia como las vividas en la tierra cuando se está con la familia en pleno goce.
En la zona entre vidas se cuenta con lugares de reposo, de estudio, de reflexión e incluso de esparcimiento, así lo han reportado múltiples personas que se han sometido a regresión hipnótica, la descripción al parecer se hace en los términos que la persona conoce tomando como referencia el conocimiento terrenal.
Cigaraotuso