Rescate Sobrenaturales

 

 

En varios de los relatos por mí recopilados, las personas entrevistadas manifiestan haber tenido experiencias de casi muerte en las que se vieron salvadas de la muerte física por mediación de algún agente o ser espiritual. En todos los casos, la persona en cuestión se había encontrado —consciente o inconscientemente— en un accidente potencialmente mortal o en una serie de circunstancias de las que no le era posible escapar por sus propios medios. Puede haberse incluso resignado y preparado para morir.

No obstante, al llegar a este punto se había manifestado una voz o una luz que la había rescatado del umbral de la muerte. Las personas que han pasado por esta experiencia informan que a partir de ese momento su vida cambió, que tuvieron la sensación de que se les había rescatado de la muerte para algún fin concreto. Todos han puesto de relieve un reforzamiento de sus creencias religiosas. Una experiencia de este tipo que ha llegado a hacerse bastante conocida es la que se relata en el libro A Man Called Peter, de Catherine Marshall. La autora describe cómo, durante su adolescencia en Escocia, Peter Marshall se salvó de morir cayéndose en la niebla por un precipicio gracias a una voz que le advirtió por la espalda. Esta experiencia le afectó muchísimo, y se hizo pastor. Reproduzco a continuación parte de una entrevista en que se narra un “rescate” de este tipo.

Un hombre me contó cómo sufrió un accidente industrial en el que se vio atrapado en un gigantesco tanque, donde, bombeado a gran presión, caía un chorro de ácido y vapor a muy elevada temperatura. Recordaba que:

El calor era terrorífico. Grité: “ iSacadme de aquí! ¡Me estoy quedando atrapado!” Me pegué lo más que pude a un rincón, contra el que apreté la cara, pero el material estaba tan caliente que se quemaba a través de la ropa. En ese momento me di cuenta de que, en cuestión de minutos, me vería escaldado hasta morir. Supongo que debido a mi debilidad, o a lo que fuera, me resigné. Me dije a mí mismo: “Ya está. Se acabó”. No podía ver nada, pues el calor era tan intenso que me era imposible abrir los ojos. Los tuve cerrados todo el tiempo. Mas a pesar de ello pareció que el lugar entero se iluminaba con un gran resplandor. Oí un versículo de las Escrituras que había escuchado durante toda mi vida, pero que nunca significara mucho para mí: “Estoy siempre contigo”. Y venía de una dirección que luego resultó ser la única salida posible. Aunque no podía abrir los ojos, seguía viendo aquella luz, de forma que la seguí. Estoy seguro de que mis ojos se mantuvieron todo el tiempo cerrados. El médico ni siquiera tuvo que ponerme después un tratamiento para ellos. No había entrado nada de ácido…

¿Hizo esto que su vida cambiara en algún sentido?

A mi vuelta al trabajo mis compañeros comentaron lo tranquilo que estuve después de todo lo que había ocurrido. No soy un hombre tan valiente; no tengo tanto coraje. La fuente de mi valor y de la calma que ellos habían apreciado radicaba en el hecho de que me había salvado del peligro una mano invisible. No estaba en mí mismo. La voz que me sacó de al lí fue la misma que me inspiró tanto valor. Sé que fue la mano de Jesús la que descendió y me sacó de all í. Creo que no es una cuestión de pensar, sino de saber que fue voluntad de Dios salvar mi vida, y desconozco por qué razón. Por aquel entonces yo no vivía tan próximo a Dios como debería. Esto me ha acercado a El. Todavía tengo problemas. Sé que un Dios que puede intervenir y salvar a un hombre en un momento crítico puede resolver cualquier cosa. Por tanto, he aprendido a depender de El.

Cuando oyó la voz, ¿le sonó como si fuera una voz física normal? No. Era como si sonara magnificada, amplificada. No hay duda de que la oí. No cabe ninguna duda sobre la dirección de donde procedía. De haber venido de mi derecha o de mi izquierda, y la hubiese seguido, habría muerto de inmediato. Salí vivo debido a que venía de aquella dirección y a que seguí la voz… Yo solo no hubiera conseguido salir de allí nunca. Ya sabía lo que me esperaba.

La voz era una voz de mando, no simplemente de “¿Quieres venir por aquí?” Lo primero que me pasó por la cabeza fue: “Estoy solo aquí abajo y voy a morir”. Y cuando oí la voz no tuve la menor duda. Sabía que por mí mismo no podría salir nunca.

¿Cuánto duró todo?

Me pareció que una eternidad. En otras palabras, si se arrastra uno cuarenta o cincuenta pies a través de ácido, sabe que, cada vez que se mueve, es a la mayor velocidad posible. Diría que todo ocurrió en dos o tres minutos después de darme cuenta de que estaba atrapado, pero me pareció una eternidad.

¿Parecía la luz una luz física normal?

No. No se parecía a nada que yo hubiese visto antes. Era lo que se podría ver si mirase directamente al sol. Y el lugar en que me quedé atrapado era muy oscuro. Se trataba de una gran luz resplandeciente y de una voz. No vi ninguna figura ni nada similar. Seguí la luz todo el tiempo…

¿Le hirió la luz en los o/os? ¿Resultaba incómodo mirarla? No. En absoluto. ¿Le pareció que fuese de algún color concreto? No. Sólo como una deslumbrante luz blanca. Era como el sol; como mirar al sol. Otro individuo me contó:
Fue durante la Segunda Guerra Mundial…; yo servía en Infantería, en Europa. Tuve una experiencia que no olvidaré jamás… Vi un avión enemigo descendiendo sobre el edificio en que estábamos y abriendo fuego contra nosotros… El polvo que levantaban las balas avanzaba directamente hacia donde nos hallábamos. Me asusté muchísimo y creí que íbamos a morir todos. No vi nada, pero sentí junto a mí algo así como una maravillosa y tranquilizante presencia, y una voz suave y amable me dijo: “Estoy contigo, Red. No ha llegado todavía tu hora”. Me sentí muy relajado y cómodo ante aquella presencia… Desde aquel día no he experimentado el menor temor a la muerte.

Reproduzco finalmente el relato de una mujer gravemente enferma, debido a una infección.

Obsérvese que, en estos ejemplos, la paciente pareció haber recibido instrucciones y ser guiada en su propia resurrección:

Todos los médicos me habían desahuciado. Decían que me estaba muriendo… Llegó un momento en que sentí cómo la vida se iba de mi cuerpo… Todavía podía oír lo que estaba diciendo todo el mundo, aunque no podía ver nada. Deseé seguir viva para criar a mis hijos y desempeñar un papel en sus vidas… Fue entonces cuando oí la voz de Dios que me hablaba. Tenía la voz más suave y amorosa… Sé que no estaba fuera de mis cabales, como puede creer alguna gente… Podía escuchar de fondo la voz de las demás personas en la habitación; pero también podía percibir su voz, y era tan majestuosa… Me dijo que si quería seguir viva tenía que respirar…, y lo hice; al inhalar el aire empecé a reanimarme. Entonces me ordenó que respirase suavemente, y pude tomar otra bocanada de aire, y la vida volvió a mi cuerpo… Los médicos estaban asombrados. Me habían dado todos por incurable, y, por supuesto, no oyeron la misma voz que yo. No podían entender lo ocurrido.

Terminaré este capítulo recordando al lector que éstos no son en absoluto relatos corrientes sobre experiencias de casi muerte. No obstante, entre mis casos hay un número apreciable de ellos; y, en el contexto de cada experiencia concreta, todos están relacionados con los elementos de que hablé anteriormente. Por ejemplo, en la primera entrevista citada en “La visión del conocimiento”, la paciente también se refería a sentirse fuera de su propio cuerpo, a atravesar un oscuro túnel, a contemplar respectivamente los sucesos de su vida, y a otros muchos de los elementos comunes. Obsérvese cómo en dos de las entrevistas citadas en “Ciudades de luz” aparecen en lugar destacado el paso por un túnel sombrío y el sentirse fuera del propio cuerpo. En todos los casos, estas nuevas características, al igual que las anteriormente tratadas, me han sido descritas por gente normal y corriente, que no buscaban estas experiencias, que carecían de un interés o conocimiento previo en estos temas y que, a partir de entonces, no habían albergado la menor duda sobre la realidad de lo que habían visto.

 

Reflexiones Sobre La Vida Después De La Vida – Raymond A. Moody, Jr.

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