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¿Cuáles son los beneficios de la terapia de regresión?

La terapia de regresión, también conocida como terapia regresiva, puede generar una buena serie de beneficios, a continuación compartimos una lista que los resume:

  1. Ayuda a ampliar la conciencia.

  2. Puedes equilibrar los hemisferios cerebrales.

  3. Permite el aprendizaje de relajación y la reducción del estrés.

  4. Contribuye a la sanación física, emocional, mental y espiritual.

  5. Es una terapia con la que puedes obtener crecimiento espiritual.

  6. Ayuda a superar las relaciones conflictivas y la dependencia emocional.

Con la terapia de regresión también es posible perdonar a otros y a ti mismo, mediante la comprensión de que cada experiencia que has tenido y tendrás forma parte del camino de evolución.

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Otros beneficios son:

  1. Si sufres de anhedonia es ideal para recuperar tu capacidad de sentir placer.

  2. Superación de fobias para las que no tienes explicación aparente.

  3. Te ayuda a lograr relacionarte positivamente con los demás.

  4. Superación de sentimientos de vergüenza o culpa.

  5. Te permite tener mejor intimidad con tu pareja.

  6. Ayuda a recuperar la motivación.

Otros de los beneficios es que ayuda a superar el sufrimiento por la pérdida de seres queridos, también las crisis existenciales e incluso los malestares emocionales.

Las fases de la terapia de regresión

Son 5 las fases de la terapia de regresión, y te presentamos una breve descripción de cada una de ellas. Estas descripciones no son normativas y tampoco pretenden ser pasos que puedas seguir por tu cuenta.

#1: Fase de relajación

También es conocida como fase de preparación, el paciente debe permanecer con sus ojos cerrados y estará siempre consciente.

El objetivo de esta fase es, precisamente, que el paciente se relaje, y para ello el terapeuta implementa las técnicas que considere convenientes.

#2: Fase de técnicas de regresión

En la fase anterior el paciente ha alcanzado una relajación profunda, y a través de preguntas y relatos el terapeuta lo guiará para recordar su pasado.

El terapeuta irá interrumpiendo el proceso de regresión para indagar en los momentos más relevantes de la experiencia.

#3: Fase de expresión emocional

Es la fase en la que, a través del cuestionamiento de emociones y sentimientos, se confrontan los eventos críticos, con la intención de que el paciente pueda desahogarse.

Cuando el paciente se ha desahogado y ha liberado las emociones, se analiza la experiencia y las consecuencias de éstas en la vida del paciente.

#4: Fase de reaprendizaje

A esta fase también se le conoce como reprogramación del subconsciente, y mediante un trabajo en conjunto el paciente y el terapeuta buscan nuevas alternativas o soluciones.

En el proceso el paciente va descubriendo y recuperando información valiosa respecto al conflicto que quiere superar. Así se origina una resignificación de la experiencia y nuevas formas de afrontamiento.

#5: Fase de consumación

Finalmente, el terapeuta ofrece una reseña de lo ocurrido en la consulta, y el paciente comparte su opinión.

Se resaltan también los avances más importantes y se resuelven las inquietudes que quedan.

¿Qué sucede tras una sesión de Terapia Regresiva?

La experiencia de una regresión puede tener un impacto considerable en la vida de una persona y puede adquirir a través de ella un conocimiento más profundo sobre sí misma. También es posible que se experimenten cambios en el entorno más inmediato, como puede ser el entorno familiar. Hay que tener en cuenta que algo en la persona cambia después de una experiencia regresiva y ello puede llegar a producir a su vez cambios en el entorno. Parece como si a su alrededor también se movieran las fichas, por así decirlo.

Cabe destacar que ninguna regresión es igual a otra. Pero el resultado suele ser un mayor entendimiento de la vida actual con sus pormenores y, muy a menudo, una nueva visión de las prioridades con el consecuente cambio de perspectiva.

Terapia Regresiva: ¿en qué consiste y cómo funciona?

La terapia de regresión consiste en un modelo terapéutico alternativo, el objetivo es darles soluciones a los conflictos emocionales, y todo mediante el análisis de experiencias pasadas e inconscientes.

Teniendo en cuenta que la Organización Mundial de la Salud ha publicado que en todo el mundo alrededor de 450 millones de personas son afectadas por algún problema de salud mental, es importante conocer cuáles son las opciones de tratamiento y terapia a las que podemos optar en caso de padecer un problema de este tipo.

Y una alternativa es, precisamente, la terapia de regresión, cuyo principio es la atemporalidad de la consciencia, lo que significa que el tiempo no existe para la conciencia.

Es así como, bajo la perspectiva de esta terapia alternativa, las experiencias ocurren en un mismo instante para la conciencia. Esto quiere decir que en la mente inconsciente no hay distinción entre lo que sucedió hace un minuto y las experiencias vividas hace muchos años.

La terapia de regresión cuenta con otro postulado que es fundamental, y es que todas las experiencias quedan guardadas en el inconsciente y determinan la conducta que ejecutamos día a día.

Bajo la perspectiva de la terapia de regresión podría explicarse que cuando sientes angustia sin alguna explicación aparente, esta angustia podría tener su origen en alguna experiencia pasada.

Es así como la terapia regresiva busca analizar el origen del problema a través de un recurso que es el más significativo o importante, y es la hipnosis de regresión.

Los mandatos paternos fueron formados no por ordenes verbales, sino por conductas reiteradas de nuestros padres o sustitutos, internalizadas por el niño, en forma de imágenes. Son verdaderas órdenes internas que nos impiden nuestro desarrollo pleno”.

Los mandatos o exigencias familiares afectan

¿Qué son los mandatos familiares? Un mandato familiar es una orden o precepto que los padres dicen de manera explícita a sus hijos o bien lo actúan de manera implícita. Se refieren a uno mismo, a los demás o al mundo en el que vivimos. Por lo tanto, los mandatos son decisiones que toman por nosotros y que no hemos elegido.

¿Por qué nada más nacer tu hijo le tiene que gustar el fútbol? ¿Por qué pretendes que tu hijo sea un gran doctor? ¿Solo por el hecho de que tú y tu padre lo fuisteis? ¿Quizás por todo lo contrario? ¿Fue tu profesión frustrada y quieres que tu hijo haga lo que tú no fuiste capaz de hacer? En todos estos casos, estamos dejando de lado la opinión, las emociones, los sentimientos y las inclinaciones de nuestros hijos. Estamos actuando de una manera tremendamente egoísta con ellos y les estamos anulando por completo. “¿Qué importa lo que quieran y puedan elegir mis hijos? Yo quiero lo mejor para ellos y por eso elijo en su lugar”. A nadie le cabe la duda de que este padre o esta madre quiere lo mejor para su hijo/a, pero lo están haciendo mal. Muy mal. ¿Por qué no les dejamos a los niños que tomen sus propias decisiones? “Yo creo que lo que deberías estudiar es…”, “En tu lugar, yo haría…”.

Los mandatos son órdenes o instrucciones que se traspasan de generación en generación. En tu caso, ¿puedes pensar en algún mandato común a varias generaciones pasadas? Seguro que sí. ¿Cómo te ha influido en tu vida? ¿Ha sido para bien o para mal? Los mandatos son transgeneracionales y resulta muy difícil liberarse de ellos.

Carga emocional de los mandatos familiares

El hecho de que conozcamos racionalmente los mandatos que nos han transmitido nuestros padres no es una condición suficiente para poder abandonarlo. El motivo es que tienen una alta carga emocional. Para poder hacerlo, primero tengo que ser consciente de que esto es un mandato y no es algo que haya elegido yo, sino que ha sido impuesto. Algunos ejemplos de mandatos que nos transmiten o nos han transmitido nuestros padres son “no me superes”, “sé fuerte”, “no te comportes como un niño”, “sé perfecto”, “no estés bien”, “no crezcas”, “no pertenezcas a ningún grupo”, etc. Pero los mandatos positivos, llamados permisos también se dan: “puedes equivocarte”, “estás bien”, “te quiero y me gustas”, etc.

Debemos aceptar a nuestros hijos de manera incondicional, sin ningún tipo de condición o chantaje.

Esa carga es la que arrastramos desde la infancia y la debemos solucionar porque, la mayoría de las enfermedades provienen de ese lugar…

“Para la Hipnosis el paciente no debe sufrir trastornos de tipo epiléptico, histeria, cardíacos o predispuestos a la parálisis, ya que no se puede correr un riesgo que le sea imputado al experimentador durante la práctica. No tiene importancia la edad, sexo, cultura o grado de rigor psíquico”.

“Es difícil distinguir cuándo es esquizofrenia y cuándo obsesión, pues en ambos casos el sujeto puede experimentar frecuentes alucinaciones auditivas, visuales o somáticas. La primera reacciona a los medicamentos y puede tardar años en sanar. La segunda reacciona al amor y puede sanar en minutos. Cuando una obsesión es severa, al punto de causar trastornos de salud, se denomina posesión. Si el paciente en una terapia regresiva dice cosas que no tienen sentido común, como responder que acepta para sí algo que a simple vista se ve que es perjudicial o muy desagradable, es posible que esté respondiendo un espíritu obsesor y no el paciente. Lo mismo puede suceder cuando se está refiriendo a una supuesta vida pasada y responde cosas que no tienen lógica, como haber muerto en una fecha que resulta posterior a su fecha de nacimiento actual”.

“La terapia regresiva tiene por fin buscar el origen o causa de una enfermedad, dolencia, complejo, depresión o fobia; y no se debe tomar como si fuese una agencia de viajes, para explorar sin control vivencias de un pasado que ya pasó, con la vana finalidad de pretender descubrir qué fuimos”.

La liberación de una obsesión se facilita cuando la víctima hace previamente una terapia de perdón, aceptando lo que no puede cambiar y perdonando a quienes lo ofendieron.”

¿Cuándo sabemos que nos afectan negativamente?

Aunque puedan estar inspirados como algo educativo y positivo cómo “si te esfuerzas lo suficiente conseguirás lo que quieres”, nos pueden acabar afectando de manera negativa y podemos acabar pensando que cuando no conseguimos algo es por falta de esfuerzo o qué todo se puede alcanzar con el esfuerzo necesario.

Es decir, el problema viene cuando estos mandatos imponen la dictadura del “tengo que” y se convierten en cargas muy pesadas: “Tengo que hacerlo siempre bien.”; “Tengo que ser la mejor.”; “Debo ser siempre perfecta.”; “No puedo mostrarme vulnerable.”; “Tengo que poder con todo.”. Convirtiéndose en lo que en psicología llamamos mensajes autocríticos.

Nos están afectando de manera negativa cuando:

  • Nos genera un sentimiento de culpa.

  • Nos deriva en expectativas difíciles de cumplir.

  • Nos dificulta realizar cambios en nuestra vida.

  • Los sentimos como normas rígidas contra las que no podemos luchar.

Los mandatos familiares se acaban transformando en obligaciones que hemos asumido de forma inconsciente, atrapándonos en un tipo de vida que no hemos elegido.

¿Cómo gestionar estos mandatos?

Romper con los mandatos familiares no es fácil cuando nos vemos envueltos en conflictos internos que no nos deja avanzar. Por ello es necesario revisar estas creencias.

No obstante, el hecho de que identifiquemos racionalmente los mandatos que nos han ido transmitiendo nuestros padres no es suficiente para terminar con ellos. Esto es porque tienen una alta carga emocional.

Para poder hacerlo, primero tenemos que entender que esto que me estoy diciendo es un mandato, algo que me ha sido impuesto sin yo haberlo elegido. Que es un discurso aprendido que nos sirvió en su momento, pero que no tiene en cuenta los cambios. Es decir, en el contexto actual, en vez de ayudarnos, nos está generando malestar.

Por eso, es muy importante la terapia psicológica para que nos pueda ayudar a poner en perspectiva estos discursos, prevenir que patrones negativos del pasado se sigan imponiendo en el presente y buscar aquellas elecciones más saludables.

Proceso de desequilibrio emocional que conduce a las enfermedades

La ciencia médica moderna, en general, trata los síntomas, no las causas reales de la enfermedad. Es como si en mi casa yo tuviese un caño roto dentro de una pared, por lo que la pared siempre tiene manchas de humedad, y para solucionar el problema, pico un pedacito de revoque y la vuelvo a pintar. Y al mes la mancha está de nuevo. Hasta que no solucione la causa, es decir el caño roto, mi pared seguirá manchada, por más veces que la pinte.

El origen de la enfermedad no es material, por lo que todo tratamiento que centra sus técnicas en lo físico, en realidad solo esta aliviando un síntoma. En muchos casos es bueno y positivo aliviar los síntomas, pero teniendo claro que para la cura real, y para que los síntomas físicos no reaparezcan, es necesario ir al origen verdadero de ese síntoma.

Psicoeducacion de las Conductas

Esta parte trata, mediante el método de auto observación, de dilucidar aquellas conductas que merecen ser variadas y cambiadas aplicándoles el sentido contrario de cómo se sucedían. Las conductas de postergación y evitación de resolver conflictos, son casi clásicas ante todo hecho inhibitorio producto del descontrol emocional, la idea pues es que ante los sentimientos de inoperancia poner sentimientos que lleven al accionar, revelándose con los primeros.

Este lema, asumido y puesto en práctica, suele obrar maravillas en personas que se inhiben:

“Pueden, porque creen que pueden”.

Las acciones mentales son necesarias para curarse uno mismo

La principal condición de la eficacia no es sino la aspiración imperiosa de ansiar el resultado deseado comunicando la exaltación del centro emocional al centro cerebral que vibra activamente irradiando de vibraciones con fuerza.

La aproximacion para la utilizacion de la hipnoterapia

Toda solución de un problema empieza con la idea de que el cambio es posible. Las personas al solicitar ayuda a un terapeuta están, implícitamente, expresando un cierto grado de esperanza de que encontrarán alguna mejoría.

Vemos la hipnoterapia como un proceso por el cual ayudamos a la gente a utilizar sus propias asociaciones mentales, recuerdos, y potenciales de vida para lograr sus propios fines terapéuticos. La sugestión hipnótica puede facilitar la utilización de las habilidades y potenciales que ya existen en una persona pero que no se usan o quedan subdesarrollados por falta de entrenamiento o de comprensión. El hipnoterapeuta explora cuidadosamente la individualidad del paciente para determinar cuáles son los aprendizajes de vida, experiencias, y habilidades mentales que están disponibles para enfrentarse con el problema. El terapeuta entonces facilita una aproximación a la experiencia del trance en la cual el paciente puede utilizar estas respuestas internas, personales únicas, para lograr fines terapéuticos.

Nuestra aproximación puede verse como un proceso en tres estadios:

(1) un “período de preparación” durante el cual el terapeuta explora el repertorio con el que cuentan los pacientes, de experiencias de vida, y facilitan modelos constructivos de referencia para orientar al paciente hacia el cambio terapéutico;

(2) una activación y utilización de las habilidades mentales propias del paciente durante un período de “trance terapéutico”;

(3) un cuidadoso “reconocimiento, evaluación, ratificación del cambio terapéutico” que tiene lugar.

La Psicología Transaccional nos brinda una herramienta adecuada para realizar el trabajo de análisis interno que ayudará a descubrir cuál es la falla y el defecto. Por ejemplo, cuando se comprenden los argumentos grabados en la infancia, se descubren aspectos de la personalidad que fueron impuestos por el entorno, y que en realidad están en conflicto con lo que francamente somos, o metas que corresponden a otras personas, aunque hayamos pensado que son nuestras.

1. El análisis transaccional es también un modelo decisional de la personalidad que ayuda a comprender la relación con los demás y con nosotros mismos.

2. Permite sentir y tomar conciencia de lo que somos y de lo que necesitamos y deseamos.

La mejor manera de vivir en armonía y equilibrio, y no enfermar, es escuchando y respetando los dictados del Alma. Cuando nuestra personalidad se aleja de ella, ambas entran en conflicto. Pero para la mayor parte de nosotros, seres humanos llenos de imperfecciones, no es tan fácil escuchar lo que esa chispa Divina tiene para decirnos.

En tratados tan antiguos como el I Ching, se hace referencia a la importancia del análisis antes de la decisión y la acción; a él se hace referencia, por ejemplo, en el Signo 58, Tui, (Lo sereno, el lago, satisfacerse): las líneas individuales tratan, en general, de las diferencias entre el placer y la alegría. Si bien el placer y la alegría suelen ir juntos, es necesario hacer la distinción correspondiente, pues no todo placer provoca alegría.

La 4º Línea: nos muestra al sujeto reflexionando acerca de aquello que le proporcionará placer. Sólo controlando los propios defectos se es capaz de lograr verdadera alegría, dice el oráculo.

  • En la búsqueda del placer debe primar la reflexión acerca de si el placer que avizoramos es a la vez una fuente de alegría. De lo contrario, lo lamentaremos.

  • Cada día que pasa se observan más seres angustiados, más niños atemorizados, más hombres desesperados, más mujeres que lloran. Y estas mismas personas, aun los niños, van a dormir con una pastillita que previamente han tragado con un vaso de agua. La noche se cierne sobre la ciudad y toda la angustia del día se aplaca también, dando paso al sueño forzado pero necesario para seguir viviendo al otro día. La escapatoria ha dado resultado, la fuga ha resultado un éxito, la pastilla hizo su efecto: permitió dormir.

Un número creciente de hombres y mujeres angustiados, en todo el mundo, recurre al amplio abanico de posibilidades que dan los psicofármacos y drogas somníferas para escapar de un ambiente hostil ante el cual se sienten incapacitados para integrarse. Lo que la gente consumidora de psicofármacos no advierte ni se da cuenta, es que paulatinamente, sin prisa pero sin pausa, han caído en las redes de una adicción. Después de la pastilla, será muy difícil volver a dormir sin ella. Al regresar a la vida cotidiana cada mañana, reaparecerá la angustia, el miedo anulará el placer de planificar para el futuro, el alerta diario de la lucha por la supervivencia reforzará las condiciones negativas en las que se vive. Lo que se ha hecho fue adoptar la solución del avestruz: esconder la cabeza bajo la tierra ante el peligro o, lo que es lo mismo: tomar una pastilla para dormir y olvidarse de todo.

Los somníferos, los psicofármacos, bloquean el sueño fisiológico y no logran disminuir las tensiones al despertar, ni hacen decrecer los temores de la vida de vigilia.

  • Liberación de una Obsesión o Posesión

  • Plegarias para la Liberación

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